¿Te ha pasado alguna vez que, descubres una palabra o término nuevo y, de repente, empiezas a verlo en todas partes? Es como si el mundo conspirara para recordártelo constantemente. Algo similar a lo que ocurre con los algoritmos en internet o en Instagram: cuando buscas algo, de inmediato comienzas a recibir información relacionada por todos lados.
Esta experiencia es similar a lo que ocurre cuando te enteras, por primera vez, de que un ser querido sufre de un Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA). De pronto, empiezas a familiarizarte con términos que antes no conocías, investigas más sobre el tema e ingresas a un mundo nuevo.
En esta etapa, es muy importante que sigas informándote para comprender mejor esta enfermedad tan compleja. Busca, lee, investiga, pregunta a otros padres de familia con situaciones similares; hasta que finalmente le encuentres un poco de lógica, pues lo más valioso en esta etapa es cómo hagas sentir a tu hijo o hija, mostrando amor y preocupación. SIN CRÍTICAS NI JUICIOS. Muestra tu preocupación y apoyo de una manera que les haga sentir que están acompañados y no señalados.
Recuerdo que cuando Mia comenzó su enfermedad, tuve la suerte de hablar con varias mamás que me brindaron su apoyo. Al escucharlas, me dieron guías y pautas de dónde encontrar información. Leí varios libros, busqué grupos de apoyo en Facebook, empecé a seguir distintas cuentas en Instagram relacionadas con el tema. Gracias a toda esta información, logré formar mi propio criterio sobre los TCA.
Para mi esposo; sin embargo, el proceso fue muy distinto. Al principio, él intentaba encontrarle lógica a la enfermedad. Pensaba que, si hablaba con Mia de la misma forma en que solía comunicarse con ella, lograría que lo comprendiera. Pero ocurrió lo contrario: la distancia entre ellos creció, ya que Mia no necesitaba lecciones, sino comprensión. Con el tiempo y gracias a un libro que leyó1, él comprendió que, para poder ayudarla, primero debía cambiar él. Al informarse más sobre el tema, logró mejorar su manera de comunicarse con ella y así ser el apoyo que Mia necesitaba.
En el libro: 100 Questions & Answers about Eating Disorders (2007) de Carolyn Costin hay una serie de pautas generales de cosas que los seres queridos, o sea tú, DEBERÍAS O NO HACER para ayudar. A continuación, enumero algunas:
- No comentes sobre el peso. (Ni el tuyo, ni el de ellos, ni el de otras personas.)
- No te peses ni hables sobre dietas, calorías, y alimentos “engordantes” o “buenos” y “malos.”
- No te conviertas en el “policía” de la comida o las purgas (es mejor negociar estos temas en terapia).
- No permitas que el trastorno domine la dinámica del hogar; busca ayuda para establecer límites y abordar otros aspectos relacionados.
- No seas excesivamente alentador: “Tú puedes. Sé que vas a mejorar.” (Este tipo de ánimo puede ser contraproducente, ya que la persona puede sentir que no entiendes la gravedad de su situación y, consciente o inconscientemente, intensificar su comportamiento).
¿Qué si puedes hacer?
- Ama, acepta y cuida de tu propio cuerpo.
- Acepta que un trastorno de la conducta alimentaria es una enfermedad seria y necesita tratamiento.
- Acompaña a tu ser querido a terapia si tiene un trastorno de la conducta alimentaria.
- Busca terapia y/o otra ayuda para ti también.
- Infórmate sobre la enfermedad, a través de libros y sitios web.
- Escucha y trata siempre de entender antes de responder.
- Presta atención a las señales y síntomas.
- Sé honesto sobre lo que ves y sientes, pero sin juzgar.
- Ten paciencia; pasarás por muchas etapas durante el proceso.
Recuerda que apoyar a un ser querido con un TCA es un camino largo que requiere de aprendizaje constante y lleno de retos. Procura dirigirte con comprensión y empatía, sin intentar controlar la situación o imponer juicios.
Infórmate, busca ayuda profesional y cuida también de ti, pues demandará mucho de tu tiempo, de tu serenidad y requerirá estés más presente y fuerte para ellos.
No estás solo en este proceso; existen recursos, profesionales y otras familias que han pasado por situaciones similares y que pueden ofrecerte guía y apoyo. Recuerda que con paciencia, respeto y amor, puedes marcar una gran diferencia en la recuperación de tu ser querido.
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